Obra de Dani Freixes y el estudio Varis Arquitectes. Destaca el trabajo en vidrio realizado en base a una peculiar estructura y un gran patio de luces central, de 10 metros de diámetro, abierto al cielo, y alrededor del cual se estructuran las aulas de música y auditorios del equipamiento.
El punto de partida de la obra es, claramente, su uso como conservatorio de música. Ello comporta unas necesidades específicas en materia de aislamiento acústico para garantizar el trabajo individual de cada sala, pero también del propio edificio como conjunto respecto a su interior. Para conseguirlo se ha trabajado ampliamente en un estudio acústico de la fachada para alcanzar todos los retos marcados por el arquitecto. Destaca el muro interior de vidrio, de forma curva, que recuerda las teclas de un piano y que da singularidad a la zona central del edificio.